“El hombre se complace en enumerar sus pesares, pero no enumera sus alegrías.”
Fiodor Dostoievski (1821-1881)
Vivimos una época turbia, difícil, con muchos problemas a los que a menudo, no encontramos solución. A medida que esta situación se mantiene en el tiempo nuestro ánimo decae. Es complicado abstraerse y olvidar la crudeza de las noticias diarias. Si el ser humano ya tiene tendencia a hacerse preguntas trascendentales, ahora más.
Ay! Trabajo digo! Qué cosas…
¿Qué voy a hacer con mi vida? ¿Seré feliz en mi trabajo si alguna vez lo tengo? ¿Debería irme a Birmania a meditar y dejarlo todo? Os tengo calados!
Muchos os estaréis preguntando, pero querido Búho, te pasas el día cabreándonos con tus artículos, disparando a discreción a personajes representativos de esta sociedad enferma, ¿y ahora pretendes que hagamos caso a Dostoievski y enumeremos nuestras alegrías?
Por supuesto! Tener una actitud activa, inconformista, escéptica y exigente con la sociedad no es incompatible con la alegría. En estos tiempos recuerdo a grandes maestros que se sirvieron de la risa para denunciar las injusticias que les rodeaban. Siempre acabo añorando a mi admirado Bill Hicks.
Antes de nada quiero dejar bien claro que no soy el adalid de las sonrisas forzadas. Como en todos los campos, existen prácticas lamentables que desprestigian a los buenos profesionales de una actividad. La psicología como ciencia, no es menos. Hoy en día podemos encontrarnos a charlatanes del coaching o psicólogos aprovechados que explotan la necesidad innata del ser humano de encontrarse bien consigo mismo y con los demás vendiéndoles consejos horrendos sobre la necesidad de mantenerse “siempre alegre y positivo” sin llegar a profundizar en las causas del malestar de una persona.
Además, nada más lejos de la realidad. La función de las emociones es adaptativa, de todas, no solo de las que te gustan! La evolución no es muy dada a hacer dispendios inútiles. Todas las emociones son indispensables para la supervivencia y son necesariamente sanas si se manifiestan en los parámetros adecuados. Recordádmelo y profundizaré en ello, pero en otra entrada!
La idea de este artículo me surgió durante las noticias, y pensé en la necesidad de mantenerse alerta ante los mass media y su mensaje clónico a lo Pedro Piqueras. La manipulación mediática ataca por medio de las emociones para inducirte el estado de ánimo que más beneficio les proporciona. Económico, está claro.
Las 5 efectos que la alegría genera en la regulación de los sistemas biológicos y psicológicos que puede que sepas
No! Hay otro camino! No lo hagas… bueno, no sé.
1- Combate el estrés: Cuando nos reímos alegremente se han constatado reducciones significativas en la concentración sérica de hormonas implicadas en la respuesta a situaciones de estrés, como el cortisol, la adrenalina y la hormona del crecimiento[1]. No te rías si no te apetece, pero después de leer esto puede que tu cerebro tenga una opinión distinta de lo que es enfrentarse a una situación estresante.
2- Refuerza tus defensas: Así mismo esta expresión emotiva se asocia con una optimización de la respuesta inmune, específicamente, con un aumento en la concentración de la inmunoglobulina A[2].
3- Ayuda a tu corazón a pasar malos tragos: Además, existe evidencia de que las respuestas cardiovasculares asociadas a emociones negativas recuperan más rápidamente sus niveles basales cuando a continuación se induce una emoción positiva[3].
4- Te equilibra: Es decir, la alegría podría actuar como una emoción que atenúa la respuesta fisiológica al estrés, o que agiliza el reajuste homeostático del organismo tras afrontar una situación de este tipo.
5- Reduce tu agresividad: El sentimiento de alegría reduce la ansiedad y el enfado, atemperando la disposición a la agresividad.
Las 7 efectos que la alegría genera en la regulación de los sistemas biológicos y psicológicos que puede que no sepas
Una lámpara con una radiografía! Quién lo iba a decir?
1- Refuerza tu constancia: Ayuda a persistir en la consecución de metas específicas y permite disfrutar de actividades objetivamente poco gratificantes. Si es un coñazo y te ríes, es menos coñazo, ¿verdad?
2- Más empatía y cooperación: Un estado de ánimo jovial favorece el desarrollo de conductas prosociales, es decir, para cooperar con los demás o prestarles ayuda cuando nos la solicitan[4]
3- Hace que creas en ti mismo: Una actitud optimista en el afrontamiento de las visicitudes que se plantean en la vida cotidiana favorece el incremento de la autoestima y de la confianza en las propias capacidades. A nivel cognitivo, esta emoción genera en la persona una actitud más positiva en cuanto a la categorización y afrontamiento de la realidad. Como consecuencia de ello, bajo un estado emocional alegre se optimiza el rendimiento cognitivo y mejoran también las tendencias afiliativas y relacionales de la persona.
4- Contorsionismo mental: El afecto positivo reporta importantes beneficios cognitivos. Incrementa la flexibilidad cognitiva (promoviendo una mayor ductilidad y amplitud en la organización y delimitación de las categorías mentales), facilitando así la génesis de soluciones creativas e innovadoras a los problemas. Si estás alegre tienes menos miedo a cometer errores, lo cual facilita que seas imaginativo sin trabas.
5- Mantiene tu mente abierta: Aún más, cuando nos embarga la alegría nos mostramos más dispuestos a explorar y experimentar nuevas situaciones, nos resultas más fácil planificar y adoptamos decisiones de forma mucho más rápida, aunque no por ello de manera más frívola e irreflexiva sino asegurando un análisis pormenorizado y completo (y por ende más eficaz) de la información.
6- Empuja tus límites: Anima a jugar en el sentido amplio de la palabra, a empujar los límites, a ser creativo[5] y ello permite el desarrollo y el entrenamiento de habilidades físicas (fuerza, resistencia, precisión), de habilidades psicológicas e intelectuales (comprensión de normas, memoria, autocontrol) y de habilidades sociales necesarias para el establecimiento de relaciones de amistad y de apoyo.
7- Ayuda a tu creatividad: Del mismo modo este sentimiento mitiga la inhibición asociada a la impotencia para resolver un determinado problema, facilitando la posibilidad de explorar nuevas alternativas de afrontamiento.
Así que ya sabes, solo si te apetece, hoy es un buen día para que tu cerebro recuerde y practique las ventajas de una emoción tan apasionante.
Si te faltan ejemplos, cárgate de alegría y pregunta, que tengo muchos!
Efectivamente y no 